viernes, 10 de agosto de 2012

Susurra indómita valentía

Susurra indómita valentía;

surca el cóncavo pecho
arranca la vida 
si a si lo quieres.
Corre al miedo
que me delata.



Confieso llevar el vicio
de hombres errantes…
la estructura que no pondera 
argucias profanas. 



Confieso susurrante 
a mi alma perenne;
mientras la vida súplica
-ambiguamente-, ¡piedad!



Pero la soledad perversa 
se hamaca y me besa 
con lengua de áspid,
colmillos del diablo,
arrebuja su ponzoña.



No quisiera poder infinito
morir tantas veces, lentamente.
Ciertamente…, debo morir
pero, no tristemente.



Indómita valentía
surca tenue,
y desdichada has partir 
al intruso malevo. 



Al cruel engaño de muchos
… coraje de falsarios. 


Darío R. Portillo

0 comentarios: