Ojalá me pierda en este claustro lozano
que infinitas se extienden a la vista
donde la aurora un permiso necesita;
el tiempo, el viento habrán un ventanal.
Quizás perdido entre raíces
de mi alma brote
la secular esperanza,
intentar salir
y no preguntar a siglos enteros
que ha pasado entonces.
Tal vez vencido por algún día
en esta jungla sombría
deje mi cuerpo insepulto;
la tierra, los roedores y las rapiñas aves
manjar hagan de mi carne libertaria.
Y si caigo en la lucha,
que mi cuerpo y mi sangre
den vida a otros peregrinos
en este tragicómico laberinto.
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