viernes, 21 de marzo de 2014

Dejar la pluma



Dejaré la pluma,
de norte a sur
y que de este a oeste
me envuelva,

desangrarme a cada instante
con sabor prematuro al estro.

Queda el vetusto sueño
de migrar intenciones.

Ser niño quisiera.

Parir nostalgias
frente a aguas remotas
quienes nutren al alma
en delicadas brisas.

“Y el tiempo deja
un segundo para verme.”

Ocupado de mente;
ermitaño de cuerpo
quiero tocar la imagen,
atreves de las letras.

Dejar la pluma quisiera
pero entonces,
-¿qué vida la mía?-.

Pues, mis manos tejen
realismos que circulan mi interior.

Estoy dispuesto al punto y aparte
de concluir esta idea,
pero, quizás mañana… 
vuelva con otro capítulo.