viernes, 10 de agosto de 2012

Ocho días después

Quisiera desatar esta ira, 

muera en acordes de lira.
Tímidamente con la forma
de la quimera llama.



Y acaricio la aureola, 
se apiada celosa;
su magia esta sola
risueña, hermosa.



Ciega en su pena;
oculta en su espacio,
ofrenda a la luna
varada en silencio.



Cándida niña 
de rizas melenas,
tu imagen extraña;
revelan las ganas.



Quisiera muera en recuerdo,
tímida la pierda
en lugar apartado,
con afable huída.


Darío R. Portillo

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